domingo, 25 de diciembre de 2016

Basta ya de cine de autor

María Ripoll es una directora de cine catalana que ostenta la plusmarca de ser la directora más rentable del cine español. Si no habéis oído hablar de ella, os diré que estudió cinematografía en la Universidad de California y el American Film Institute, pese a la cual su filmografía está empedrada de comedias románticas de baja estofa, cada una más vilipendiada por la crítica que la anterior. La última, "No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas", basada en un libro escrito por gente sin criterio para gente sin criterio, no ha sido la excepción.

María Ripoll en la presentación de la película.

La cuestión es que el diario digital El Español publicó hace cosa de un mes una entrevista en la que la directora decía esto: "Basta ya de cine de autor, de hacer cosas elitistas y exclusivas que nadie entiende". Con dos cojones; pero ella no se frena ahí. "También tiene que haberlo (cine de autor), pero antes hay que hacer una industria fuerte. En Hollywood existe el cine mainstream y el cine alternativo. Aquí sólo teníamos el alternativo, así que hagamos mainstream y luego podremos hacer el otro, parece que por hacer algo más comercial me tengo que justificar", explica Ripoll. Aquí dejo enlace a la entrevista por si alguien la echa en falta.

Lo que podría parecer un discurso más propio de un adolescente bocachancla no es sino una reflexión desvestida de complejos por parte de una directora cincuentenaria y con tablas en el oficio. Así pues, heme aquí dispuesto a compartir una carta que pretendo hacer llegar a la directora con el solo propósito de desahogarme contra lo que considero una soberana necedad.

Carta a María Ripoll

Soy un apasionado del cine, que no del suyo; por esto que quizá le interese leer lo que tengo que decir al respecto de sus declaraciones sobre el cine de autor en la entrevista que concedió a El Español, en las que defendía un cine más comercial y facilón frente a propuestas más sesudas. 

Basta de cine de autor, clamaba usted, basta de hacer cosas que nadie entiende. Le voy a dar la razón: el cine de autor nos abre la puerta al universo íntimo de ese realizador, y no todo el mundo está dispuesto a hacer ese viaje. Ojalá usted comprendiese que es precisamente esto lo que lo hace tan gratificante. No existe adulteración ni baratas moralinas que justifiquen la inversión de dinero; somos sólo yo y el autor, en una comunicación que, a menudo, no puede expresarse con palabras.

Otra cosa que me resulta tremendamente satisfactoria del cine que usted llama "elitista" es que no me priva del ejercicio de reflexión, tabique maestro de toda disciplina artística; es decir, no me hace concesiones ni me toma por tonto, como sí hace el cine que usted practica, el "comercial", y que paradójicamente tanto entusiasma a la multitud (o precisamente debido a eso).

Detengámonos aquí porque creo haber hallado la respuesta a la diferencia entre su discurso y el mío. El cine comercial, definido como cine que sigue las tendencias comerciales, está ahí con el prioritario objetivo de hacer caja. Usted habla de generar industria, es decir, recaudar más, apoyándose en el endeble criterio del espectador que acude a ver una película que olvidará mañana; yo opino que ésos son unos cimientos quebradizos. Usted cree que sin industria no habría cine, sea de autor o comercial; yo le respondo que el cine de autor existirá siempre que haya alguien con una cámara y algo que decir. Usted cree, en definitiva, que el cine es una industria; yo le refuto tajantamente y le informo que no, que el cine es un arte alrededor del cual hay montada una industria. Tampoco se apresure a tacharme de ingenuo, puesto que admito que el cine precisa de la financiación y los recursos que proporciona el engranaje industrial, pero no que ambos sean la misma cosa. 

Béla Tarr, Kubrick, Tarkovsky, Buñuel, Von Trier, Ingmar Bergman, Lynch, La Nouvelle Vague; otros menos herméticos como Woody Allen y Coixet... todos ellos grandes autores que son primero artistas y después cineastas, y a los que en algún momento se les acusó de snobs por la ignorancia del público, la altivez de la prensa y la torpeza de compañeros de profesión como usted. Ellos satisfacen inquietudes íntimas al tiempo que generan dilemas que a usted puede que le parezcan indescifrables y ajenos por su (la de usted) más que probable carencia de humanidades, pero créame que sí tienen su público. 

Lamento que, pese a su bagaje académico y profesional, tenga usted un concepto tan soez de la cultura y el arte, máxime cuando es, dicen, la directora de cine más rentable de España. Lamento que para usted el arte, el generar criterio y reflexión, sea "lo otro"; mientras que lo principal sea llevar a la gente al cine para mantener una pirotécnica industria que echa en falta propuestas más valientes. 

Un cordial saludo de parte de un espectador,


Guillermo López


Ilustración de Phil McAndrew

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